Km 0
El inicio de esta Vía Verde se produce en el viaducto del río Guadajoz. Este impresionante puente vuela sobre el cauce del Guadajoz, límite natural entre las tierras de Jaén y Córdoba. Tras cruzar el río se asciende por una suave pero continua cuesta entre olivares. La vía va dejando atrás el Guadajoz y se pega al terreno, trazando atractivas curvas y calando el terreno en grandes trincheras. Esta remontada toca a su fin unos tres kilómetros más arriba, concretamente en el llamado Collado de las Arcas.
En este punto se apreciarán los restos de un antiguo apeadero del tren y otro más veterano cargadero de mineral. A partir de aquí llegamos a uno de los espacios más atractivos de esta ruta: la Laguna del Salobral. En este paraje, la vía se eleva desde el principio en un terraplén que, sumado a la cota natural del terreno, hace que la antigua plataforma ferroviaria sea un lugar excepcional para contemplar la Laguna del Conde o del Salobral. Con este fin se han acondicionado una serie de miradores hacia la lámina de agua. Si queremos ver alguna ave en este humedal es la primavera la época más propicia del año, cuando la laguna se colma de agua y patos.
Una suave ascensión entre amplias curvas nos permite llegar, a la estación de Luque. Un emprendedor empresario ha asumido la gestión del viejo edificio ferroviario y lo ha convertido en un restaurante que ha recuperado muchos elementos de la antigua explotación ferroviaria. Reemprendemos camino hacia la siguiente escala: Zuheros.
Previamente podemos aprovechar para subir a la roquera
villa de Luque, por un camino de tierra que trepa desde la misma
estación. Un serrano recorrido al pie de las peñas de la sierra nos va
a acercando hasta Zuheros pequeña localidad pero con sus atractivos
bien concentrados. Antes de llegar, no obstante, pasaremos a orillas
de la piscina, tras el cual llegaremos a los restos del apeadero.
Las viviendas del pueblo se encuentran a una cota superior a la de la vía, ascensión que tiene una buena recompensa: pasear las calles de Zuheros, máxime si se recorren en primavera, en plena floración. Desde la plaza de esta localidad se tendrá una de las mejores perspectivas de esta vía verde, el único camino llano entre tanta sierra.
En el regreso a la vía, nos encontramos con el puente de Zuheros. Situado a pocos metros del apeadero, este cruce sobre el Arroyo Bailón aparece en todos lo catálogos de puentes con valor monumental. Su estructura es metálica y tiene una atractiva planta en curva.
Entre olivos nos vamos acercando a otra villa encaramada en una colina: Doña Mencía. Nuestra vía esquiva el pueblo, llegando a su estación (Km 20) que, como en el caso de Luque, también ha sido habilitada como restaurante. Dejamos atrás Doña Mencía.
La Vía Verde mantiene ahora un trazado con casi nula pendiente, lo cual se consigue gracias a ingentes movimientos de tierra. Espectaculares terraplenes y profundas trincheras, sostenidas estas últimas con elegantes muros de sillería.
Como una constante en toda la vía, a cada poco se
suceden las casillas de ferroviarios, de las cuales, la situada en el Km
22 ofrece unas preciosas perspectivas de aquella localidad.
Contorneando
el cerro Alvarillo, la vía afronta el paso del
Arroyo del Fresno a través de uno de los viaductos más espectaculares
del ferrocarril: el Viaducto de la Sima de 132 m.
Un kilómetro más adelante cruzaremos otro viaducto, el
de "Los dientes de la vieja", de menor porte que el anterior (solo 25
m) sobre la carretera. Cruzaremos en otras dos ocasiones con la
carretera, a nivel y desnivel respectivamente y, al poco,
vislumbraremos la villa de Cabra, a la que llegaremos tras un sinuoso
recorrido
Km 33
La estación egabrense y su edificio ha sido recientemente restaurado para acoger el Centro de Interpretación del Tren del Aceite (CERRADO TEMPORALMENTE), exponiendo los datos básicos de aquel ferrocarril, la Vía Verde y la comarca de La Subbética. Parada obligada
Dejamos atrás Cabra volviendo a tierras de olivos,
avanzando hasta llegar en un entorno especialmente calmo hasta el viaducto
del Barranco del Alamedal. (Km 39). Tras éste se inicia un
tránsito a zona de viñedos, aproximándonos hacia la ciudad de Lucena.
Hay que hacer obligada escala en el Centro de Turismo y Ocio
de la estación de Lucena, antiguo complejo ferroviario puesto
en valor. El edificio principal cuenta con un centro de
interpretación de la artesanía y tradiciones de Lucena y una oficina
de información turística (Km 44).
Dejamos
la estación de Lucena y, tras cruzar por nuevos puentes varias
carreteras, dejamos la ciudad por una zona industrial en paralelo a la
carretera de Córdoba. En un suave y sinuoso descenso, cruzando algún
que otro pontón metálico sobre vaguadas o caminos, alcanzamos la última
estación de nuestra ruta: Moriles-Horcajo.
Km 53
La estación, un
elegante edificio muy bien conservado se ubica en la pedanía lucentina
de Las Navas de Selpillar, actualmente se encuentra
en fase de recuperación para albergar en su interior un centro de
interpretación sobre el vino Montilla-Moriles. Este enclave, en
sentido práctico, es casi el fin de la Vía Verde de la Subbética a
fecha de hoy.
La traza recuperada se
prolonga otros cuatro kilómetros más, hasta la raya entre los términos
de Lucena y Aguilar, pero será necesariamente un itinerario de ida y
vuelta.
Confiemos que en no mucho tiempo
se desarrollen los trabajos que prolonguen la Vía Verde hasta la
ciudad de Puente Genil, distante unos 10 kms.
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