RECORRIDO.
La Vía Verde de la Jara, es una ruta de 52 km que recorre un paisaje virgen entre las estribaciones de los Montes de Toledo y el Puerto de San Vicente. Diversas estaciones "fantasma", más de 15 túneles y 5 viaductos, alguno tan impresionante como el de Azután sobre el río Tajo marcan el carácter de este sorprendente itinerario.
KM 0. La ruta se inicia en el mismo andén de la estación de ferrocarril
de Calera y Chozas (Toledo). Aunque hoy en día no paren en ella trenes
de viajeros, es posible solicitar autorización de parada a Renfe, con
una cierta antelación. La Vía Verde enfila en paralelo a las vías en
activo, separándose de ellas al poco. Un cruce a nivel, bien señalizado y
con buena visibilidad, es la única intersección con carreteras de toda
la vía verde. Por este vial (CM-4101) se puede acceder al pueblo de
Calera y Chozas para aprovisionarse de lo que se vaya a necesitar.
KM 10. Tras una larga recta entre parcelas de regadío, nos acercamos al
apeadero de Silos. Este enclave es la puerta de entrada a la finca "El
Arco", formada por un denso bosque mediterráneo, preservado virgen y que
regala la vista y el olfato del viajero. Ciervos, conejos y rapaces se
dejan ver desde el camino. En el km. 10, no pases de largo la "Fuente de
la Garrapata", a la derecha del camino tras una higuera. Es importante
aprovisionarse de agua en este punto, pues no encontramos otra fuente en
todo el recorrido. En esta finca atravesaremos los dos primero túneles.
A la salida del segundo, en el km. 13, la gran sorpresa de la ruta: el
viaducto del Azután, vuela sobre las aguas embalsadas del Tajo.KM 25. El apeadero de Pilas (km. 25), convertido ahora en granja, es la antesala de entrada al paisaje de la pizarra y la jara. En los 27 km restantes, los numerosos túneles y viaductos marcan este tramo a orillas del río San Vicente. Pasaremos la estación de Nava-Fuentes (km. 36) atravesando densos jarales. Al poco, abandonaremos el río junto a las aguas del embalse de San Vicente donde imponentes muros de contención elevan a la vía sobre el nivel del embalse. La solitaria presencia del apeadero de la Cervilla (Km. 44) es el único accidente de este camino. De frente, la cada vez más cercana Sierra de Altamira, marca el fin de la ruta.
Son destacables también los restos de los molinos cerca de la estación de Campillo y el Centro de Estudios Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara, uno de los principales centros de recuperación del águila imperial de nuestro país. Cuenta con un aula de la naturaleza donde se realizan actividades de educación ambiental.
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