MIS TEMAS

lunes, 3 de mayo de 2010

LA VIA VERDE DE LA JARA (105 Km)






El plan de expansión de líneas de ferrocarril de 1926, contemplaba la creación de una línea que uniera Talavera de la Reina (Toledo) con Villanueva de la Serena (Badajoz). Las obras se iniciaron a buen ritmo en la década de 1920 pero la guerra, la posguerra, el automóvil y la despoblación de los campos provocaron el abandono de las obras. Ya estaba construida toda la explanación, con sus estaciones dispuestas a recibir las vías (excepto unos 20 km del tramo de Villuercas). Sin embargo, esta línea jamás vió pasar un tren, aunque sí llegaron nuevos viajeros , a raíz de su recuperación como Vía Verde por parte de la JCCM, los Ayuntamientos y el Ministerio de Medio Ambiente.
RECORRIDO.

La Vía Verde de la Jara, es una ruta de 52 km que recorre un paisaje virgen entre las estribaciones de los Montes de Toledo y el Puerto de San Vicente. Diversas estaciones "fantasma", más de 15 túneles y 5 viaductos, alguno tan impresionante como el de Azután sobre el río Tajo marcan el carácter de este sorprendente itinerario.
KM 0. La ruta se inicia en el mismo andén de la estación de ferrocarril de Calera y Chozas (Toledo). Aunque hoy en día no paren en ella trenes de viajeros, es posible solicitar autorización de parada a Renfe, con una cierta antelación. La Vía Verde enfila en paralelo a las vías en activo, separándose de ellas al poco. Un cruce a nivel, bien señalizado y con buena visibilidad, es la única intersección con carreteras de toda la vía verde. Por este vial (CM-4101) se puede acceder al pueblo de Calera y Chozas para aprovisionarse de lo que se vaya a necesitar.

KM 10. Tras una larga recta entre parcelas de regadío, nos acercamos al apeadero de Silos. Este enclave es la puerta de entrada a la finca "El Arco", formada por un denso bosque mediterráneo, preservado virgen y que regala la vista y el olfato del viajero. Ciervos, conejos y rapaces se dejan ver desde el camino. En el km. 10, no pases de largo la "Fuente de la Garrapata", a la derecha del camino tras una higuera. Es importante aprovisionarse de agua en este punto, pues no encontramos otra fuente en todo el recorrido. En esta finca atravesaremos los dos primero túneles. A la salida del segundo, en el km. 13, la gran sorpresa de la ruta: el viaducto del Azután, vuela sobre las aguas embalsadas del Tajo.

KM 15. A pocos kilómetros se sitúa la estación de Aldeanueva de Barbarroya (km. 17) localizada a las afueras del pueblo, otro punto de aprovisionamiento si vamos escaso de algo. ¡Ojo: no hay agua en el resto del recorrido!. Desde aquí, el camino atraviesa un paisaje de bolos graníticos de gran belleza y otra gran obra, el viaducto del Riscal del Cuervo (km. 24).
KM 25. El apeadero de Pilas (km. 25), convertido ahora en granja, es la antesala de entrada al paisaje de la pizarra y la jara. En los 27 km restantes, los numerosos túneles y viaductos marcan este tramo a orillas del río San Vicente. Pasaremos la estación de Nava-Fuentes (km. 36) atravesando densos jarales. Al poco, abandonaremos el río junto a las aguas del embalse de San Vicente donde imponentes muros de contención elevan a la vía sobre el nivel del embalse. La solitaria presencia del apeadero de la Cervilla (Km. 44) es el único accidente de este camino. De frente, la cada vez más cercana Sierra de Altamira, marca el fin de la ruta.
KM 50. Balidos de ovejas y gruñidos de cerdos indicarán que hemos llegado al fin del camino. La estación de Santa Quiteria (km. 52), a 670 m. de altitud, es hoy una singular granja ganadera. Aquí finaliza el recorrido de la Via Verde de la Jara. Aunque las obras del ferrocarril continuaron hacia las tierras extremeñas, al poco de entrar en la comarca de Las Villuercas, el trazado se interrumpe definitivamente.

La Vía Verde discurre por el valle del río Tajo atravesando el embalse de Azután y parajes de gran valor ambiental como la Dehesa de El Arco, los valles de Huso y San Martín y la Sierra de Altamira. Junto al bosque mediterráneo del primer tramo, los jarales, el paisaje de pizarra y las formaciones de bolos graníticos marcan la segunda parte del recorrido. Los 17 túneles y los 5 viaductos de la zona, junto con la soledad de los parajes vírgenes por los que transita son otros de los atractivos de esta ruta.
Son destacables también los restos de los molinos cerca de la estación de Campillo y el Centro de Estudios Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara, uno de los principales centros de recuperación del águila imperial de nuestro país. Cuenta con un aula de la naturaleza donde se realizan actividades de educación ambiental.