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martes, 13 de julio de 2010

LA VIA VERDE DEL ACEITE (Jaen - 5/6/2010)


1. Los primeros metros los recorreremos en paralelo al trazado del ferrocarril activo que se dirige hacia Espeluy. A unos 1.500 m de recorrido nos separaremos de la vía activa de Renfe y comenzamos el ascenso hacia Martos, en un trazado en arco que esquiva las fuertes laderas de la Sierra de la Grana, coronadas por el Jabalcuz.
2. A unos dos kilómetros del arranque, la vía férrea sucumbió bajo el trazado de la autovía de circunvalación jiennense, pero un cercano paso inferior y unos caminos rurales han servido para dar continuidad al trazado de la Vía Verde que nos lleva a la primera estación de la ruta, Torredelcampo. Pero antes de llegar, en el Km 6,3, tendremos la oportunidad de reponer fuerzas en la fuente existente en el cruce con el camino de Jaén a Torredonjimeno.
3. Continuamos nuestro suave ascenso, hasta llegar en el Km 8,8 a las ruinas del cargadero-apartadero de Moralduro, donde se traspasaba a los trenes la producción de yesos de una vecina cantera. A unos 500 m de Moralduro veremos como las carreteras han seguido agrediendo al trazado ferroviario. En este caso se trata de la Autovía A-316 en Torredelcampo. Para esquivar el asfalto, la Vía Verde se apoya, hacia la derecha, en el camino de servicio de la variante hasta llegar junto a una carretera local. Usaremos, con cuidado, el paso superior de ésta sobre la variante y, girando a la derecha, alcanzamos en breve el seguro y cómodo trazado del ferrocarril, que nos conduce rápidamente a la estación.

4. La estación de Torredelcampo, situada en el Km 11, dispone de una fuente de agua y es la primera de las grandes estaciones de la ruta. Tras la obligada escala en el pueblo, dejamos atrás la estación por el túnel del Caballico. Sus 333 m. en curva han exigido su iluminación, lo que nos librará de siniestros riesgos. Situado en el Km 12, el puente de la Piedra del Águila vuela durante 104 m sobre el arroyo del mismo nombre. Apoyado en dos pétreas pilas, su oxidada celosía metálica se recorta altiva sobre el mar de olivos del entorno. Algún kilómetro más adelante, tras una espléndida vista sobre el infinito olivar y cruzar otro sobrio viaducto metálico menor, nos vamos aproximando a nuestra siguiente escala: Torredonjimeno. Antes de llegar deberemos superar un nuevo tránsito subterráneo. Este nuevo túnel (último de la ruta) tiene unos 120 m de longitud y a su salida llegamos a Torredonjimeno. Tras el paso superior de la N-321, penetramos en el recinto de la estación (Km 15,2).
5. Desde Torredonjimeno, nuestra ruta inicia un sinuoso trazado que le permite ir ganando altura, de forma parsimoniosa, hacia Martos. Al comienzo, cruzaremos sobre el nuevo acceso a Martos desde la A-316 por una pasarela de nueva construcción. Poco después deberemos cruzar, otra vez (y van cuatro) la A-316 aunque, en este caso, la Vía Verde desciende a un camino y aprovecha un paso inferior. Un camino paralelo al pie del terraplén del ferrocarril nos remonta a la vía en un tramo decididamente orientado hacia el sur.
6. Nos dirigimos hacia el casco urbano de Martos bajo su imponente Peñón. Éste se eleva a 350 m sobre la ciudad y nos sirve también de referente altimétrico, indicándonos que hemos coronado la cima de la Vía Verde (650 m.). Desde este lugar se inicia un descenso, prácticamente ininterrumpido, hasta el final de la ruta en el río Guadajoz. Para no perder las buenas costumbres, dejamos Martos con una nueva intersección con la A-316. En este caso se ha construido bajo ella un túnel, obra que nos permite franquear limpiamente la cinta de asfalto.
7. Tres kilómetros más adelante nos encontramos la A-316, ¡cómo no!. En esta ocasión una pasarela de nueva construcción nos permite franquear limpiamente la pista de automóviles. Desde aquí seguimos nuestro sinuoso descenso hacia el Salado, contorneando para ello la cota del Cerro de la Capellanía. Al final de esta revuelta nos topamos con el valle excavado por el Arroyo Salado. El ferrocarril salvó este cauce por un puente metálico, de 208 m de longitud y apoyado en dos pilares de sillería (Km 34), una de las obras más majestuosas del recorrido. Poco a poco, lo abrupto sustituye a las lomas, acercándonos a las estribaciones serranas de la Subbética.
8. Pronto nos encontraremos con otro espectacular viaducto, el que cruza de lado a lado el arroyo del Higueral. Algo más corto que el anterior (133 m), nos da paso a un terreno de perfiles más suaves.
9. Dejamos atrás la estación de Vado y continuamos el pequeño ascenso que se había iniciado en el barranco del Higueral, contrapendiente que rompía la tónica de descenso iniciada en Martos. En cualquier caso, la leve rampa de ascenso finaliza a dos kilómetros de Vado, retomando el descenso que ya no tiene interrupción hasta el final de la ruta. 
La coronación de ese pequeño puerto se localiza en una intersección con la antigua carretera N-321. En este caso todo se mantiene como estaba hace años: la carretera cruza la vía por un pequeño pontón. Al poco dejamos la vieja carretera y nuestra ruta prosigue sobre trazados de dominante recta, con grandes panorámicas paisajísticas, generadas por el cercano valle del Víboras y, al otro lado del río, las cumbres de Ahillos.
10. En el Km 42 llegamos precisamente al punto donde la vía cruza el río, mediante otro espectacular viaducto metálico. La celosía de 224 m de longitud se eleva como un perfecto mirador sobre el valle. Al pie del viaducto se eleva el puente medieval sobre el Víboras. Obra de un solo arco de medio punto, permite el paso a un rancio camino casi olvidado hoy día.
11. Seguimos el descenso, pasando a los pocos metros por una abandonada cantera de balasto ferroviario: la cantera de La Muela. El terreno sigue mostrándose quebrado, siendo frecuente que la vía se eleve de entre los olivos por altísimos terraplenes.
12. Camino de la siguiente estación, Alcaudete, la Vía Verde utiliza dos antiguos puentes metálicos del ferrocarril, sobre los arroyos del Chaparral y de la Esponela, ambos de 70 m. De un solo tramo se inscriben en un sector de rectas que conducen a Alcaudete, la última estación de la ruta. La localidad de Alcaudete dista unos 4 kms de este enclave ferroviario, el cual es ahora una vivienda particular. Al otro lado de la estación nos encontramos por última vez con la A-316. En esta ocasión es a nivel, y tendremos que tener un cierto cuidado para atravesar la negra barrera de asfalto.
13. A partir de la estación de Alcaudete, la traza abandona la monotonía de los olivos, dejando paso a un paisaje más natural, con vegetación mediterránea muy aclarada. El valor natural de la zona se acrecienta al pasar, poco más adelante, junto a la Reserva Natural Laguna Honda (Km 50). Situada a la izquierda del camino, este espacio natural protegido tiene su mejor atalaya desde la propia Vía Verde.
14. Desde aquí nos internamos en el último tramo de la ruta. Se trata de tres kilómetros en los que la vía traza dos profundas curvas en torno a la Loma de Desgarradero. En el Km 52 se cruza el barranco del Desgarradero por un nuevo puente metálico de 83 m, aperitivo del espectacular viaducto del río Guadajoz. Este increíble mecano se eleva sobre dos pilas de vigas de hierro articuladas que sostienen una gran celosía de 200 m de longitud. Las aguas del Guadajoz han propiciado la formación de un gran tarajal aguas arriba del puente, asiento de una viva colonia pajarera. Aguas abajo del viaducto, el Guadajoz no fluye, ya que, en época de lluvias, el nivel del embalse de Vadomojón llega hasta las mismas pilas del viaducto. Al otro lado del viaducto la vía prosigue su trazado en la provincia de Córdoba hasta las Navas del Selpillar, ruta igualmente acondicionada de 58 Kms de longitud por la Comarca de la Subbética cordobesa.