El plan de expansión de líneas de ferrocarril de 1926, contemplaba la
creación de una línea que uniera Talavera de la Reina (Toledo) con
Villanueva de la Serena (Badajoz). Las obras se iniciaron a buen ritmo
en la década de 1920 pero la guerra, la posguerra, el automóvil y la
despoblación de los campos provocaron el abandono de las obras. Ya
estaba construida toda la explanación, con sus estaciones dispuestas a
recibir las vías (excepto unos 20 km del tramo de Villuercas). Sin
embargo, esta línea jamás vió pasar un tren, aunque sí llegaron nuevos
viajeros , a raíz de su recuperación como Vía Verde por parte de la
JCCM, los Ayuntamientos y el Ministerio de Medio Ambiente.

RECORRIDO.
La Vía Verde de la Jara, es una ruta de 52 km que recorre un
paisaje virgen entre las estribaciones de los Montes de Toledo y el
Puerto de San Vicente. Diversas estaciones "fantasma", más de 15 túneles
y 5 viaductos, alguno tan impresionante como el de Azután sobre el río
Tajo marcan el carácter de este sorprendente itinerario.

KM 0. La ruta se inicia en el mismo andén de la estación de ferrocarril
de Calera y Chozas (Toledo). Aunque hoy en día no paren en ella trenes
de viajeros, es posible solicitar autorización de parada a Renfe, con
una cierta antelación. La Vía Verde enfila en paralelo a las vías en
activo, separándose de ellas al poco. Un cruce a nivel, bien señalizado y
con buena visibilidad, es la única intersección con carreteras de toda
la vía verde. Por este vial (CM-4101) se puede acceder al pueblo de
Calera y Chozas para aprovisionarse de lo que se vaya a necesitar.

KM 10. Tras una larga recta entre parcelas de regadío, nos acercamos al
apeadero de Silos. Este enclave es la puerta de entrada a la finca "El
Arco", formada por un denso bosque mediterráneo, preservado virgen y que
regala la vista y el olfato del viajero. Ciervos, conejos y rapaces se
dejan ver desde el camino. En el km. 10, no pases de largo la "Fuente de
la Garrapata", a la derecha del camino tras una higuera. Es importante
aprovisionarse de agua en este punto, pues no encontramos otra fuente en
todo el recorrido. En esta finca atravesaremos los dos primero túneles.
A la salida del segundo, en el km. 13, la gran sorpresa de la ruta: el
viaducto del Azután, vuela sobre las aguas embalsadas del Tajo.


KM 15. A pocos kilómetros se sitúa la estación de Aldeanueva de
Barbarroya (km. 17) localizada a las afueras del pueblo, otro punto de
aprovisionamiento si vamos escaso de algo. ¡Ojo: no hay agua en el resto
del recorrido!. Desde aquí, el camino atraviesa un paisaje de bolos
graníticos de gran belleza y otra gran obra, el viaducto del Riscal del
Cuervo (km. 24).



KM 25. El apeadero de Pilas (km. 25), convertido ahora en granja, es la
antesala de entrada al paisaje de la pizarra y la jara. En los 27 km
restantes, los numerosos túneles y viaductos marcan este tramo a orillas
del río San Vicente. Pasaremos la estación de Nava-Fuentes (km. 36)
atravesando densos jarales. Al poco, abandonaremos el río junto a las
aguas del embalse de San Vicente donde imponentes muros de contención
elevan a la vía sobre el nivel del embalse. La solitaria presencia del
apeadero de la Cervilla (Km. 44) es el único accidente de este camino.
De frente, la cada vez más cercana Sierra de Altamira, marca el fin de
la ruta.


KM 50. Balidos de ovejas y gruñidos de cerdos indicarán que hemos
llegado al fin del camino. La estación de Santa Quiteria (km. 52), a 670
m. de altitud, es hoy una singular granja ganadera. Aquí finaliza el
recorrido de la Via Verde de la Jara. Aunque las obras del ferrocarril
continuaron hacia las tierras extremeñas, al poco de entrar en la
comarca de Las Villuercas, el trazado se interrumpe definitivamente.
La Vía Verde discurre por el valle del río Tajo atravesando el embalse
de Azután y parajes de gran valor ambiental como la Dehesa de El Arco,
los valles de Huso y San Martín y la Sierra de Altamira. Junto al bosque
mediterráneo del primer tramo, los jarales, el paisaje de pizarra y las
formaciones de bolos graníticos marcan la segunda parte del recorrido.
Los 17 túneles y los 5 viaductos de la zona, junto con la soledad de los
parajes vírgenes por los que transita son otros de los atractivos de
esta ruta.
Son destacables también los restos de los molinos cerca de la
estación de Campillo y el Centro de Estudios Rapaces Ibéricas (CERI) de
Sevilleja de la Jara, uno de los principales centros de recuperación del
águila imperial de nuestro país. Cuenta con un aula de la naturaleza
donde se realizan actividades de educación ambiental.